Inflación, brecha cambiaria y petróleo encienden alarmas en Venezuela durante fin de 2025

Aldo Contreras, Especialista en Relaciones Económicas internacionales, prevé que el precio del dólar romperá la barrera de los 300 bolívares con un incremento que podría superar el 5 % en los próximos días. Manuel Sutherland, profesor universitario y doctor en Economía señala que las divisas no desaparecerán del todo de la economía, pero advierte que su nivel de circulación seguirá disminuyendo en la medida en que la brecha cambiaria continúe ampliándose

A pocos días de que termine 2025, la situación económica de Venezuela ocupa el centro de las preocupaciones de la población, aun con amenazas de guerra. La persistencia de altos niveles de inflación, junto con la ampliación acelerada de la brecha cambiaria, aumenta la incertidumbre sobre la estabilidad del bolívar y el poder adquisitivo de los ciudadanos.

En este contexto, varios economistas advierten que la presión sobre el mercado cambiario podría intensificarse sobre el cierre del año. La combinación de una mayor demanda de divisas, la depreciación sostenida de la moneda nacional y la limitada capacidad de intervención oficial alimenta los pronósticos de que el dólar podría superar los 300 bolívares en los próximos días.

La brecha entre el tipo de cambio oficial y el paralelo es del 70%, lo que sugiere que el bolívar se ha devaluado un 80% en 2025. Esta disparidad influye directamente en los precios de bienes y servicios, profundizando la inestable económica.

Depreciación del tipo de cambio

Aldo Contreras, especialista en relaciones económicas internacionales, prevé que el precio del dólar romperá la barrera de los 300 bolívares con un incremento que podría superar el 5 % en los próximos días.

El asesor financiero advierte que el verdadero problema de los empresarios y los trabajadores va más allá del incremento del dólar y asegura que la principal preocupación radica en la variación que ha tenido el tipo de cambio a lo largo del 2025.

El tipo de cambio pasó aproximadamente de 52 bolívares por dólar cuando inició el año a más de 285 bolívares; eso implica una depreciación del tipo de cambio superior al 85 % y una variación cercana al 400 %», explica.

El especialista señala que lo más complejo es la brecha que existe entre el tipo de cambio del Banco Central de Venezuela y el mercado paralelo y asegura que la mayoría de los empresarios se ven obligados a acudir a este último debido a la poca afluencia de divisas en las mesas de cambio.

Presión inflacionaria

Asimismo, Contreras menciona que la presión inflacionaria podría terminar el año con un 300 % de inflación con una proyección del 600 % en 2026, aunque aclara que este tipo de medición puede variar según el comportamiento en distintos factores.

Esas variables macroeconómicas están por cambiar porque dependen de lo que suceda en el entorno geopolítico y geoeconómico del país», detalla.

Sobre la posibilidad de que se genere una escasez de divisas ante las medidas implementadas por el gobierno de Estados Unidos con la incautación de buques petroleros, el economista explica que un 83 % de las exportaciones en Venezuela son petroleras, lo que, a su juicio, podría disminuir el ingreso de dólares en el país, situación que traería consecuencias negativas.

Que las divisas disminuyan completamente no está contemplado; si eso sucede, sería una catástrofe total. No creo que tengamos un escenario de ese tipo, aunque sí puede haber una caída de los ingresos petroleros y, si eso ocurre, claramente los va a afectar», advierte.

Cerco monetario

Por otro lado, Manuel Sutherland, profesor universitario y doctor en Economía y Desarrollo, sostiene que el problema de fondo no está en la falta de divisas. A su juicio, Venezuela dispone de dólares, pero enfrenta una severa restricción de liquidez, con una cantidad monetaria demasiado limitada para impulsar la actividad económica.

El experto señala que, aunque el Gobierno ha recurrido de forma significativa a la emisión de dinero sin respaldo, incrementando la cantidad nominal de bolívares en circulación, el efecto real ha sido el contrario.

El poder adquisitivo de ese dinero se reduce constantemente debido a la inflación, por lo que la cantidad de dinero real disponible para la economía es cada vez menor. Esta pérdida de valor provoca un cerco monetario», agrega.

Sutherland destaca que Venezuela tiene el encaje bancario más alto del mundo, con un 73 %, lo que, a su juicio, crea una «dificultad extrema» para que tanto la banca pública como privada puedan prestar dinero, situación que complica aún más las posibilidades de la población de acceder a créditos y préstamos.

Asimismo, indica que a medida que la brecha cambiaria se amplía, los agentes económicos tienden a aplicar lo que en economía se conoce como la ley de Gresham, donde la moneda que pierde valor con mayor rapidez, en este caso el bolívar, es la que se utiliza para las transacciones cotidianas, mientras que las monedas más estables, como el dólar o el euro, se atesoran y salen de la circulación.

Dado que las divisas mantienen su valor en el tiempo con mucha mayor eficacia, las personas prefieren conservarlas y recurrir a mercados alternativos para cambiarlas por bolívares solo cuando necesitan realizar pagos. De esta manera, los dólares se convierten en un activo de resguardo y no en un medio de intercambio constante, lo que reduce su presencia en la economía diaria y refuerza las distorsiones del sistema monetario», comenta.

Circulación de divisas

El economista señala que las divisas no desaparecerán del todo de la economía, pero advierte que su nivel de circulación seguirá disminuyendo en la medida en que la brecha cambiaria continúe ampliándose. A su juicio, mientras mayor sea la diferencia entre el tipo de cambio oficial y el paralelo, menor será el incentivo para usar dólares en transacciones cotidianas.

En ese contexto, explicó que estimaciones previas ubicaban en unos 8.000 millones de dólares el monto de divisas en circulación dentro del país, pero considera que esa cifra se ha reducido de forma significativa, posiblemente hasta entre 3.000 y 4.000 millones de dólares.

Esta contracción no solo responde a factores internos, sino también al clima de presión y tensión externa, incluido el cerco y la confrontación militar en el Caribe, que han incrementado la incertidumbre y reforzado la tendencia a resguardar el dinero en lugar de hacerlo circular», resalta.

Efectos del bloqueo petrolero

En sentido, Luis Oliveros, economista y decano de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Metropolitana, estima que Venezuela puede ver caer su ingreso petrolero actual en un 60% si la Casa Blanca cumple con el bloqueo de la entrada y salida de cargueros venezolanos.

En una entrevista con El País, el especialista advirtió que los efectos de un bloqueo petrolero van a ser muy fuertes y se van a sentir pronto si todo sigue como va.

Se aproxima un período de volatilidad cambiaria y menos divisas. El porcentaje de la flota de barcos que usa Venezuela sancionados por los Estados Unidos es grande, del 30%. El 60% del petróleo local sale por ahí. El déficit fiscal, que ya es muy alto, puede seguir aumentando», sentencia.

 

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