Falla de Oca-Ancón y Perijá están activas y pueden generar un sismo de gran magnitud

Julio César García Delgado, magíster en Antropología, mención Antropología Social y Cultural, con formación en materia de desastres, asegura que el enjambre sísmico de la semana pasada se produjo por la activación de la falla de Valera y luego la de Mene Grande. “Si bien no ha habido registros de sismos de gran magnitud en el Zulia y Maracaibo durante los últimos 100 años, ello no significa que no haya actividad geológica o sísmica”, advierte.

El norte de estado Zulia tiene tres fallas geológicas activas: la Oca-Ancón., Perijá y Mene Grande O Valera. Según Julio César García Delgado, licenciado en Educación, mención Ciencias Sociales, magíster en Antropología, mención Antropología Social y Cultural, con formación en materia de desastres, el norte de la entidad es una zona de sismicidad moderada, mientras que el Sur del Lago si es una franja de mayor riesgo.

“No tenemos claro un ciclo geológico en la región occidental, a diferencia del Oriente y Centro del país, con ciclo aproximado de terremotos, de entre 60 y 80 años”, explica el autor del libro Imaginarios, representaciones y gestión ambiental sobre riesgo, amenazas y desastres en Zapara y El Consejo de Ciruma: Una mirada comparada.
García Delgado analiza para Versión Final el riesgo sísmico en Venezuela y el Zulia.

¿Desde el punto vista geológico regional, la costa del lago de Maracaibo estaría controlada por fallas geológicas, principalmente por la fallas de Icotea, Pueblo Viejo, Oca-Ancón y Perijá? Nos detallaría cuál falla detonó el enjambre sísmico –miércoles y jueves- de la semana pasada?

Si bien es cierto la existencia de las fallas mencionadas y que la más activa es la de Oca-Ancón, el origen del enjambre sísmico estuvo en la fallas de Valera y Mene Grande. La liberación de tensión en la falla de Valera fue el origen de los movimientos telúricos del miércoles y jueves, en tanto que, en un intento de acomodo de la corteza se activó la falla de Mene Grande.

Estas dos últimas vinculadas con el sistema de fallas de Boconó, considerada la más activa y, en consecuencia, la más famosa de Venezuela. Este reacomodo está dentro de lo esperable en el comportamiento tectónico, lo que explica las réplicas, particularmente la de las 11:51 pm, que se sintió más fuerte que la de las 6:21 pm.

En esto me baso en los reportes de Funvisis y de otros institutos geológicos que establecieron el epicentro entre Mene Grande y Bachaquero, lejos de la falla de Oca-Ancón.

Podríamos afirmar que las fallas estaban poco activas y se sintió como sorpresa que se activaran.

¡Correcto! Precisamente, entre mayor tiempo transcurran inactivas, mayor actividad sísmica es esperable, sea con un sismo fuerte o con enjambre sísmico, como sucedió en Mérida en 2015. La cuestión acá es la liberación de tensión de la corteza terrestre, que se refleja en los sismos. Debido a la relativa inactividad de las fallas de Valera y Mene Grande, tuvimos el enjambre sísmico de miércoles y jueves.

Muchas personas dicen en el Zulia nunca tembló así: ¿Es eso verdad? ¿Nos podría ofrecer un diagnóstico real en materia geológica sísmica del estado?

Si bien no ha habido registros de sismos de gran magnitud en el Zulia y Maracaibo durante los últimos 100 años, ello no significa que no haya actividad geológica o sísmica. Según los reportes de Funvisis y estudios de sismólogos como Audemard, nos encontramos ante un sistema de fallas que está activo y que en cualquier momento pueden generar un sismo de gran magnitud, que son la de Oca-Ancón y Perijá.

Es oportuno recordar que lo que podemos denominar como tiempos geológicos son mucho más largos que el ciclo de vida humano, por lo que el hecho de que en un lugar no haya registros de actividad sísmica por 100 o 200 años, a manera de ejemplo, no quiere decir que no sea una zona sísmica.

¿Y cuál es el riesgo de sismos en la cuenca del Lago de Maracaibo?

Según Funvisis es medio en la zona norte y alto en Sur del Lago, en esta última al colindar con la región andina, que es de alta sismicidad.

La actividad sísmica en la zona norte de nuestro estado se ha registrado como baja, aunque también se registran sismos menores con cierta frecuencia, que son los “temblores” que sentimos de cuando en cuando, pero, al no causar daños o ser muy fuertes, no los tendemos a registrar.

¿Descarta usted que pueda registrarse un sismo o un terremoto en el oriente del país o en Caracas, zonas con fallas geológicas con más antecedentes recientes de este tipo de eventos?

Debemos, en primera instancia, que la zona costa-montaña al norte del país es la de mayor riesgo sísmico, pues estamos ante la colisión de las placas sudamericana y del Caribe, con un sistema de fallas activo como la de Boconó, San Sebastián y El Pilar (occidente, centro y oriente del país, respectivamente).

Es una zona de altísima densidad poblacional…

Sí, debido a factores históricos y geográficos, un 70% de la población venezolana se asienta en esta zona, que representa un 25% del territorio, lo que se traduce en una densidad poblacional media y alta. Este último dato no es poca cosa, por lo que implica una gran cantidad de población en riesgo.

El oriente del país es donde se han registrado la mayor actividad sísmica, en tanto que los terremotos de Cumaná y estado Sucre (1929 y 1997) son los más conocidos y, en muchos casos, los más destructivos en nuestro territorio. El centro y la región andina también tienen un alto registro de actividad sísmica, un poco menor al del oriente. El ejemplo más reconocido y recordado fue el terremoto de 1812, que quedaría en la memoria con la frase de Simón Bolívar: “Si se opone la naturaleza, lucharemos contra ella y haremos que nos obedezca”, en alusión a los acontecimientos del gran sismo del 26 de marzo de ese año, que ocurrió durante un jueves santo y afectó ciudades como San Cristóbal, Mérida, San Felipe, La Victoria y Caracas, en plena guerra por la independencia.

En estudios posteriores, se concluye que fueron, en realidad, dos sismos, que se sucedieron en 30 minutos por una actividad de las fallas de Boconó y San Sebastián.

Usted me decía que los sismos no se pueden predecir…

Sí, y esto es importante recalcarlo. Se pueden establecer ciertos patrones de sismicidad en algunas regiones. En la zona central del país se puede establecer ciclos de actividad cada 60 a 80 años. Los terremotos de 1640, 1760, 1812, 1900 y 1967 nos dan una pista del comportamiento geológico de la zona. Esto nos podría dar luces de un posible sismo de gran magnitud en el centro del país en los próximos años.

¿Qué mensaje le da a la población sobre las actitudes que se deben tener frente a un sismo, más allá del ABC en relación con lo que se debe hacer? ¿Por qué hay tan mala cultura frente a los sismos?

La sociedad debe estar clara que no son los procesos geológicos o climáticos malos en sí, sino cómo afectan la sociedad. Un huracán, un sismo, una sequía, son parte de los procesos naturales de los ciclos de nuestro planeta, que han sido una constante en la vida de la tierra. Ahora bien, toca reconocer que la preparación ante estos eventos es fundamental para mitigar sus efectos.

En mis clases siempre pongo un ejemplo con los terremotos de 2010: el de Haití en enero y el de Chile en marzo. El primero fue de magnitud 7, mientras que el segundo fue de 8. El primero trastocó la sociedad haitiana y la dejó sumida en un caos, acrecentando la inestabilidad que caracteriza la nación caribeña. Por su parte, el segundo, con mayor magnitud, a pesar de generar daños a la infraestructura chilena en general, la sociedad del país austral supo mantenerse y reponerse paulatinamente, incluso, en plena toma de posesión de un nuevo presidente. Se requiere preparación por parte de la población y capacidad de mitigación por parte de los entes del Estado.

En materia de arquitectura y construcción qué tan endeble es Venezuela, el Zulia y Maracaibo respectivamente. ¿Qué pasaría con un posible terremoto superior a los 8 o 9 grados en la escala de Ritcher? Hemos visto que parte de las estructuras de las Iglesias suelen ceder… ¿Qué tipo de estructuras son las más expuestas?

Todo depende de los códigos de construcción, materiales, antigüedad y mantenimiento de las estructuras. Las estructuras más recientes, se supone que cumplen con normas más estrictas, mientas que las más antiguas no tanto, por lo que, además de no tener mayor mantenimiento, se encuentran más expuestas.

En el caso específico de Maracaibo, al no considerarse “zona sísmica” no es de sorprender que las estructuras más antiguas sean las más expuestas, en gran medida por las técnicas y materiales de construcción y, por el otro, por la antigüedad de las mismas y falta de mantenimiento.

 

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