El conductor de la camioneta Toyota Vxr negra huyó tras la colisión. La madre de la víctima exige justicia y rechaza cualquier intento de encubrimiento. Familiares y vecinos lloran la pérdida de una mujer trabajadora y amorosa
por Versión Final
«En el momento que yo volteo para ver, traté de agarrarla por la camisa, pero no pude porque la camioneta se la llevó», así narró Gerardo Pirela, esposo de Yenifer Vilchez, quien murió al ser arrollada por una camioneta Toyota Vxr 2025 el pasado sábado en la vía al aeropuerto de Maracaibo, el angustioso y dramático momento que le tocó vivir junto a su pequeña hija de siete años.
Gerardo, entre lágrimas, narró a Versión Final: «Yo venía de mi trabajo, y salimos mi hija la menor y Yenifer a comprar una pizza para cenar. Al cruzar la calle cuándo miré, venía una camioneta del sitio contrario, y no me dio tiempo de poder halarla. La camioneta venía muy rápido, tenía una velocidad muy brusca».
El esposo de Vilchez relató que «la persona de la camioneta en ningún momento se paró, sino que siguió para adelante».

El dolor lo desbordó al recordar el momento en que confirmaron la muerte de su esposa.
»Ella quedó en la carretera boca abajo yo empecé a pedir auxilio. Me ayudaron con la niña mientras la ambulancia llegaba. Al llegar, me dijeron que ya había fallecido mi esposa al mismo instante».
Entre sollozos, Gerardo reveló la desgarradora reacción de su hija: «Llegó a culparse por la muerte de su madre».
La madre de Yenifer, Meralda Castellanos, alzó su voz exigiendo justicia y denunciando el presunto intento de encubrimiento.
»La camioneta no llevaba luz e iba a contravía, cuando se dio cuenta mi yerno, solo le dio tiempo de agarrar a la niña. No le dio tiempo de agarrar a mi hija. Cayó muerta, es un dolor muy fuerte que mi hija quede así en media calle».
Además, agregó: «El cobarde huyó, se dio la fuga, después chocó con el bus rojo. Lo que quiero es justicia. Que eso no se puede quedar así. Eso es lo que quiero yo».

Finalmente, Castellanos acotó «no es como si estuvieran botando una bolsa de basura. Mi hija no es basura. Lo que quiero es justicia, porque ese hombre es un asesino. Si lo hizo con mi hija lo va a seguir haciendo, no me interesa su plata, me interesa la vida de mi hija y eso es lo que yo quiero, justicia, justicia y justicia».
La familia Vilchez Castellanos está devastada. Amigos, vecinos y allegados acompañan el velorio en la casa de la abuela en San Francisco, entre lágrimas y oraciones. Una vida llena de trabajo y amor quedó truncada por la imprudencia. Ahora, lo que queda es un grito unánime: justicia para Yenifer.