El presidente de Datanálisis, Luis Vicente León advirtió este jueves que el «ruido político y las amenazas de intervención elevan la incertidumbre en la economía” nacional, tras la movilización de buques estadounidenses en el mar Caribe.
En mensaje publicado en su cuenta de X, León explicó que -a su juicio- la economía venezolana responde a dos factores: la realidad y las percepciones.
Para León, en lo real, la producción petrolera «sigue activa», con flujos hacia Estados Unidos y China. Afirmó que las divisas continúan entrando mediante pagos tradicionales y alternativos (stablecoins y criptomonedas).
Según el especialista, la administración de Maduro concentra la asignación de divisas y controla permisos de importación de bienes no prioritarios, con el objetivo de reducir compras externas, equilibrar la balanza comercial y proteger sus reservas.
Sin embargo, alertó que «esto representa también una amenaza de aumento de controles, que puede resultar en un paso atrás en la estrategia de apertura económica que le había funcionado previamente».
«Mientras esto pasa, resulta evidente que el gobierno busca reforzar su relación con China y aunque este será un proceso más largo y complejo, no hay duda de que ha iniciado con fuerza y veremos algunos impactos en breve», agregó.
Asimismo, en lo «perceptual», dijo que «el ruido político y las amenazas de intervención elevan la incertidumbre» de la economía nacional.
No obstante, pronosticó que, «no se prevé una invasión militar, pero considera que hay dudas sobre hasta dónde puede llegar la presión de Estados Unidos «para dificultar y encarecer la exportación venezolana en el mercado informal o impulsar sanciones personales, decomisos, protestas y acciones quirúrgicas focalizadas que aumenten el ruido y la presión sobre los tomadores de decisión venezolanos».
¿Cuál es el plan de EE. UU. para León?
En ese sentido, León llegó a la conclusión de que la intención que tiene Estados Unidos con la movilización militar en el mar Caribe es «forzar fracturas internas en el chavismo y especialmente en la organización militar».
«Pero ver los llamados públicos que la oposición y gobierno norteamericano hacen a ese sector para que se rebele, introduciendo amenazas si no lo hace, parece indicar que no hay puentes directos para negociar con ellos, lo que hace extremadamente poco probable el éxito de esta estrategia», añadió.
Pese a eso, no desestimó el «efecto negativo» que pueda tener el intento de Estados Unidos sobre el sector empresarial y la población venezolana: «Crea un entorno con mayores costos, desequilibrios cambiarios, desconfianza e incremento de controles. La incertidumbre hiperestimula la demanda de divisas como refugio, alterando la estabilidad cambiaria».
«La economía mantiene, sin embargo, un comportamiento heterogéneo: alimentos, medicinas y automotriz crecen significativamente, mientras otros sectores, no esenciales o no receptores de divisas, retroceden o se estancan», subrayó.
Finalmente, expresó que en los mercados financieros internacionales, las expectativas de cambio político, «generado más por el ruido que por las señales», impulsan la compra de bonos venezolanos.
«La realidad interna no parece acompañar esa expectativa, lo que aumenta el riesgo de correcciones posteriores, que también ha sido una constante en la historia repetida de estos últimos años», remató.